El problema, como en la mayoría de las acciones en el ámbito de la sostenibilidad, es la falta de solidez conceptual y científica a la hora de tomar las decisiones. La prueba más flagrante en este caso ha sido la elección de Cafés Novell como proveedor, con su sistema de cápsulas monodosis, supuestamente "orgánicas".
Estas cápsulas son del fabricante italiano Biodé y si, son orgánicas pues el petróleo es orgánico, pero el material del que se constituyen principalmente es polipropileno, es decir plástico.
La normativa europea en este sentido (ISO 14855), como en tantos otros, es bastante laxa y, efectivamente considera al polipropileno como material biodegradable, argumento que permite a la empresa predicar que pueden desecharse junto a la fracción orgánica. Pero qué significa esto? Podemos ir tirando las cápsulas por el campo sin consecuencias? Se las pueden comer los animales? Qué hay de la bioacumulación?
A todo esto, Cafés Novell, que ha demostrado buenas intenciones en cuanto a llevar un negocio sostenible, seguramente por desconocimiento, está cometiendo un delito al hacer publicidad engañosa del producto ya que en el folleto que se entregaba en el GEF resaltaban la frase "Sense metalls pesants ni derivats del petroli" (sin metales pesados ni derivados del petróleo).
Como siempre, el desconocimiento o la oportunidad comercial llevan a muchas empresas a engañar a sus consumidores. Hoy en día cobra más importancia que nunca C2C como marco de diseño y como garantía de calidad y seguridad de productos.
Un buen ejemplo de cafetera sostenible es la desarrollada por Philips: Senseo Viva Café Eco.
En fin, normal o descafeinado?
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